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Pero Tu Cuando Ores: Mateo 6:6 (Dr. Javier Chavez)

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.


17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.


Introducción


La vida de oración de Jesús era sin lugar a duda la forma más concreta de la relación genuina y de dependencia que Jesús, el Hijo de Dios, tenía con su Padre. Es más, en muchas ocasiones Jesús mismo lo enfatizó como su prioridad ministerial. Jesús quería que sus oyentes comprendieran que la clave de su autoridad no radicaba en sus palabras como si fuera algo propio de Él, sino más bien en su estrecha intimidad con el Padre.


Juan 12:49-50

Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.


Juan 15:15

Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.


Los judíos debían entender, aun cuando ellos estuvieran en contra de esta realidad, que Jesús era el Dios encarnado, el Verbo del Dios vivo y quien tenía toda la autoridad pues no solo procedía del Padre, sino que mantenía una profunda relación de dependencia absoluta con su Padre.


Juan 5:39

Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.


Juan 6:38

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.


La palabra clave aquí es la palabra relación. El Hijo tenía una relación con el Padre y esta relación era nutrida a través la oración. Entonces cuando Jesús nos mostró en los Evangelios su vida de oración no lo hizo simplemente para que los discípulos tengan algo que decir en la oración. Es más, recordemos que era costumbre que los maestros enseñaran a sus discípulos a orar.


Lucas 11:1

Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.


Jesús les enseñó a orar con la finalidad de mostrarles la necesidad de desarrollar una relación con el Padre. El Padrenuestro no es un rezo repetitivo. Es un modelo para acercarnos de formar personal al trono de la gracia. La oración es la forma cómo desarrollamos una relación viva, saludable, y profunda con Dios.


Gálatas 4:6-7

Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.


Examinemos este pasaje de Mateo sobre la oración, pero enfoquémonos en el privilegio de desarrollar una relación con Dios:


I. LA ORACION ES RELACIONAL


a. Hay una responsabilidad personal:

En Mateo 6:5-18, por varios lados encontramos estas frases: “y cuando ores” v.5 y 6; “y cuando ayunes” v.16 y 17. Estas repeticiones de Jesús acerca de la oración y al ayuno muestran énfasis en la necesidad del desarrollo de una relación personal con Dios. El énfasis es sobre la segunda persona singular. En otras palabras, “Tú ora y ayuna, pero no para sentirte mejor que nadie sino porque tu Padre celestial quiere estar contigo.”


b. Hay una responsabilidad primordial:

Jesús deja claro que la oración es al Padre. Que tenemos un Padre que no solo nos oye porque somo sus hijos sino porque quiere interactuar con nosotros. Nosotros por lo tanto nos acercamos a la oración y al ayuno para pasar tiempo con nuestro Padre, para disfrutar a nuestro Padre, y para conversar con nuestro Padre.


Salmos 73:25-26

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.


II. LA ORACION ES RADICAL


- Jesús es bastante radical en este pasaje cuando habla sobre los religiosos quienes se acercan a la oración y al ayuno no en términos de buscar una relación con Dios, sino solo para cumplir los ritos de una religión pública.


- Hay una dicotomía interesante aquí que sigue siendo real en la vida cristiana entre los hijos de Dios y los religiosos que vive de las apariencias:

Religión vs Relación

Publica vs Privada

Humana vs Espiritual

Farisaica vs Fiel


- Jesús exige un corte de relación con los hipócritas y los gentiles, con aquellos que están lejos de Dios. No los imites, no hables como ellos, no actúes como ellos, perdona pues ellos no perdonan, no busques recompensas humanas (la aprobación de los hombres). Dios nos exige que cortemos no solo con la influencia de este tipo de ejemplos en nuestra vida, sino que cortemos aun con ese tipo de personas.


1 Corintios 5:9-11

9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.


III. LA ORACION ES RECOMPENSADA


- La palabra “recompensa” se usa en estos versos 5, 6, 8, 16, 17. Jesús enfatiza muchas veces la idea de la recompensa por orar y ayunar. Aun los hipócritas que lo hacen religiosamente serían recompensados, pero la pregunta es ¿de qué tipo de recompensa estamos hablando?


- Si la recompensa es el reconocimiento de los hombres que es lo que finalmente buscaban los fariseos y religiosos, entonces nosotros no la necesitamos y mucho menos la queremos. Y el problema es que los hombres hoy te pueden aplaudir, pero mañana te pueden traicionar.


Jeremías 17:5

5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.


- Si la recompensa es tener una mayor intimidad con Dios y experimentar su amor, su fidelidad, su provisión, su misericordia, su gracia, su poder, su presencia, su protección, entonces esa es la recompensa que yo quiero. Aun si los hombres no me conocen, o aplauden, o reconocen, o afirman, o premian, ¡eso no me importa! Mi Padre me conoce y eso es lo más hermoso que existe.


Mateo 7:21-23

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.


Juan 10:14-15

14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.


Conclusión


La frase, “pero tu cuando ores” es una invitación a un estilo de vida de intimidad con Dios a través de la oración tal y como Jesús lo enseñó y practicó, ¿estás dispuesto a caminar en esa vida de intimidad espiritual?

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